El libro de la escritora Elizabeth Gilbert titulado Comer, Rezar, Amar, fue impreso por primera vez en 2006 y trata de lo que ocurre cuando decidimos ser artífices de nuestra felicidad y dejamos de intentar vivir según los modelos que nos imponen, llevando al lector por una intensa y divertida reflexión sobre el amor y las distintas formas que puede adoptar (Gilbert, 2008).
Es una lectura amena, que en ninguno de sus cuentos habla de nutrición o alimentación excepto para referirse a los placeres gastronómicos, que le hicieron aumentar al menos 11 kilos de peso durante cuatro meses de viaje por Italia; una serie de relatos basados en la vivencia del paso a paso en el proceso de concientización que propone el Mindfulness como método para adoptar hábitos de vida saludables sin caer en las restricciones o la demonización de alimentos y comidas, mientras va solucionando situaciones emocionales en busca del equilibrio necesario para ser feliz.
Este ejemplo, ameno y fácil de leer, describe la terapia de concientización conocida como Mindfulness que se empezó a utilizar en relación a los hábitos alimentarios como una intervención temprana en un estudio con mujeres obesas a finales de los años 90; el consumo intuitivo o consciente que es una de las áreas de trabajo de esta filosofía de vida, es un camino de aprendizaje para hacer una buena elección de alimentos en el contexto del bienestar físico, el hambre psicológico y la saciedad, mientras se cubren las necesidades nutricionales con opciones de comida saludable, poniendo mucha atención en su efecto sobre las emociones y las sensaciones físicas que se van presentando (Warrent, Smith, & Ashwell, 2017).
El término de consumo intuitivo descrito por dos dietistas en 1995, se basa en 10 principios, entre ellos: rechazar las “dietas” y no estigmatizar alimentos calificados como “malos”, mientras se hacer honor a la sensación fisiológica de hambre, satisfaciéndola con alimentos y libre de prejuicios (Kerin, Webb, & Zimmer-Gembeck, 2019).
Los primeros 36 relatos muestran a una mujer en un entorno psicosocial generador de ansiedad y tensión, dudando hasta de la calidad de su trabajo. La ansiedad juega un papel más importante que la pérdida de peso en la percepción de éxito; pero en ésta última, influyen también la educación, el estado civil, el género, la salud en general, los hábitos de sueño y el equilibrio entre la vida laboral y personal (Mitchell, y otros, 2021).
Un estudio realizado para establecer asociaciones entre el entorno psicosocial y la autogestión del peso, usando la aplicación Noom® basada en terapias cognitivas del comportamiento y técnicas de intervención motivacionales, mostró que después de 17 semanas de seguimiento, las personas con buena salud mental como indicador de calidad de vida teniendo en cuenta reportes de depresión, ansiedad, equilibrio entre trabajo, popularidad y otros espacios vitales, y hábito de sueño, fue el grupo que reportó mayor porcentaje de pérdida de peso (5% y más); la ansiedad se percibe como preocupación o tensión y es la única variable asociada, especialmente cuando persiste por más de 30 días en grupos de población en los que no se espera una alta prevalencia de ansiedad como desorden clínicamente diagnosticado (Mitchell, y otros, 2021).
“Llegué a Italia consumida y enclenque. Entonces no sabía lo que me merecía. Puede que aún no sepa bien lo que me merezco. Pero sí sé que en los últimos tiempos me he reconstruido a mí misma – disfrutando de placeres inofensivos – y que hoy soy una persona mucho más pura. Para explicarlo más sencillo y entendible: He engordado” (Gilbert, 2008)
Una vez desaparecen los factores psicosociales que generan tensión y preocupación, se recupera el peso e incluso es posible ganar kilos de más, independientemente de la dieta y la actividad física que se lleve; al parecer pesan más los factores ambientales cuando no se ha hecho el proceso de aprendizaje de consumo intuitivo.
Esto es parte del último párrafo antes de entrar a tratar el segundo componente del que habla E. Gilbert: REZAR, donde relata los meses de su estancia en INDIA buscando la devoción, algo que describe como “hallar la unión entre la mente y el cuerpo” a través de la meditación. Si bien estando en Italia su práctica incluyó olvidarse de las dietas, ahora entrando en el proceso de autoconocimiento recurre al yoga como aquellos ejercicios desarrollados por los maestros para desentumecer el cuerpo y prepararlo para la meditación, y que no compite con ninguna religión ni pretende ser excluyente.
Un estilo de vida que combina la concientización, la alimentación basada en nuestra propia funcionalidad y el ejercicio corporal razonable, ha mostrado mejor respuesta a los altos niveles de estrés que afectan negativamente la salud física y mental influenciando todos los sistemas corporales (Beri, y otros, 2020).
Los textos de filosofía ancestral muestran un estado multidimensional del cuerpo, capas energéticas y emocionales que pueden curarse con posturas de yoga, técnicas de respiración y meditación, así como adoptar hábitos de vida saludable, pueden ayudar a que fluya la energía vital y crear una sensación de bienestar, no solo emocionalmente sino también fisiológicamente, mejorar la respuesta inmune y los niveles de antioxidantes que ayudan a reparar, curar y regenerar el cuerpo (Beri, y otros, 2020).
“Todas las religiones del mundo describen de un modo parecido a un buen discípulo: aquel que se levanta temprano para rezar a su Dios procura ser virtuoso, es un buen vecino, se respeta a sí mismo y a los demás, y domina sus ansias. Rezar es relacionarse; la mitad de la tarea es mía. Si pretendo transformarme, pero no me tomo la molestia de explicar exactamente qué quiero conseguir, ¿cómo se me va a cumplir..? La mitad del provecho de una oración está en la pregunta en sí, en el planteamiento de una intensión claramente expuesta y bien pensada.” (Gilbert, 2008).
Finalmente, llega a INDONESIA donde logra el equilibrio, el punto medio entre la verdad y la reconciliación. Una verdad sólida que le ayuda a dejar de pensar que su felicidad depende de algo externo a sí misma, de alguna forma de rescate que no provenga de su fuerza de voluntad. Llega el disfrute, después de tanto trabajo interior, perfeccionando los métodos del Mindfulness de la toma de consciencia, pero sin guías rígidas, viviendo su presente.
“Los filósofos Yoguis dicen que toda la tristeza de la vida humana la producen las palabras, pero toda la alegría también. Las palabras las creamos para definir nuestra experiencia y esas palabras nos producen sentimientos…. que nos convierten en monumentos erigidos en su honor…., y en ese estado de silencio como una yogui en proceso de desintoxicación del veneno que brotaba del interior… lloré mucho, rece mucho…. fue aterrador, pero sabía que tenía que hacerlo sola. ” (Gilbert, 2008).
Cuando se adopta el método Mindfulness como filosofía de vida, el azúcar y el dulzor sin calorías se integran en la alimentación consciente y al contrario de lo que muchos piensan, cumplen su función biológica de aportar nutrientes y cumplen las funciones culinarias de las que hemos hablado hasta ahora en este espacio para el aprendizaje en nutrición y alimentación funcional. La evidencia científica en las diferentes áreas del conocimiento que influyen en el peso corporal, las emociones y en el estado nutricional de las personas, deben servir para endulzar la vida con o sin calorías, acompañando en la búsqueda del equilibrio comiendo, rezando y amando.
NOTA. Los artículos científicos referidos a lo largo de esta campaña son de libre distribución. Para obtener cualquiera de ellos puede solicitarlo escribiendo a comunicaciones@functionalcorp.net
Bibliografía
Warrent, J. M., Smith, N., & Ashwell, M. (2017). A structured literature review on the role of mindfulness, mindful eating and intuitive eating in changing eating behaviours: effectiveness and associated potential mechanisms. Nut Res Rev, 272 – 283.
Gilbert, E. (2008). Comer, Rezar, Amar. El viaje de una mujer por Italia, India e Indonesia en busca del equilibrio entre cuerpo y espíritu. Bogotá: Aguilar.
Kerin, J. L., Webb, H. J., & Zimmer-Gembeck, M. J. (2019). Intuitive, mindful, emotional, external and regulatroy eating behaviours and beliefs: An investigation of the core components. Appetite, 139 – 146.
Beri, K., Menon, V., Guzman, E., Chapa , C., Patel, R., Shariff, M. A., & Kasubhai, M. (2020). The effect of living a «yogic lifestyle» on stress response and self-image in healthcare professionals: a pilot study. Future Science AO.
Mitchell, E. S., Yang, Q., Behr, H., Ho, A., DeLuca, L., May, C. N., & Michaelides, A. (2021). Psychosocial characteristics by weight loss and engagement in a digital intervention supporting self-management of weight. Int J Environ Res Public Health.
