Vida Saludable

Menos es más: la vida saludable es menos complicada de lo que nos han hecho creer

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Menos es más: la vida saludable es menos complicada de lo que nos han hecho creer

[/vc_column_text][us_single_image image=»448″ size=»medium» align=»center» animate=»fade»][vc_column_text]Alrededor de la vida saludable han proliferado muchos supuestos que han convencido a muchos de que vivir sanamente es complicado… y hasta caro. Sin embargo, en este artículo se plantea que se puede tener un buen nivel de vida sin necesidad de dejarnos atrapar por el miedo colectivo ante enemigos inexistentes.

En televisión se promocionan dispositivos deportivos ultraespecializados que solo producen resultados si se toman los suplementos científicamente diseñados para acompañar los ejercicios. En las redes sociales circulan los testimonios de las dietas supercomplejas que prometen excelentes resultados, siempre y cuando quien las ponga en práctica declare total sumisión al programa, so pena de quedar peor que cuando empezó. En la era de la información total por internet, donde surge un experto en cada esquina cibernética, se ha vuelto caótico saber qué hacer y a quién hacerle caso. ¿Se volvió tan complicado vivir sanamente? ¿Vivir con equilibrio y bienestar se ha convertido en una meta esquiva para la mayoría de los mortales? A continuación, te proponemos un análisis crítico, con sentido común, sobre algunos de los paradigmas que se han levantado alrededor de la vida saludable. Quizás concluyas que vivir sanamente luce más complicado de lo que en realidad es.

“Entre más sudas al hacer ejercicio, mejor condición física adquieres y eliminas más toxinas”.  ¿Desde cuándo sudar a mares se convirtió en un indicador de buena salud? Según respetables entidades como la Organización Mundial de la Salud, se considera que una caminata diaria de 30 minutos, a muy buen paso, es una actividad física que se puede considerar saludable. Esto no significa que todos los mortales deban conformarse con ello, pero de plano desmiente el mito de que “solo el sudor y las lágrimas valen para alcanzar una buena condición física”. Hay muchos niveles de esfuerzo intermedios que no tienen por qué suponer sufrimiento extremo. Por otro lado, el asunto de las toxinas está más que revaluado. Las expulsas como consecuencia de la transpiración apenas si alcanzan el 1% del total que debe evacuar tu cuerpo. En mayor medida, esa labor corresponde a los riñones, órganos que se ven seriamente golpeados con la ingestión de anabólicos y otras sustancias que, supuestamente, nos ayudan a mantenernos en forma. Beber agua con regularidad es la verdadera clave para una eliminación natural y continua de toxinas.

“Debes tomar por lo menos dos litros de agua al día, o si no te pones en riesgo”. Nadie discute la importancia de hidratarse bien, sobre todo si haces ejercicio. Sin embargo, asumir que todos los seres humanos necesitan como mínimo dos litros de agua al día es un  error. Algunos requieren más que eso, sobre todo si padecen la intensidad de programas de entrenamiento muy exigentes. Por otro lado, algunos requieren menos de esa cantidad y obligar al cuerpo a procesar más agua de la que necesita puede ser un grave error. Lo mejor es que consumas agua con regularidad y que permanezcas atento a las señales que avisan de una baja del líquido corporal, como sed continua o coloración de la orina más amarilla de lo normal. Recuerda: la clave es regularidad y no cantidad.

“Alimentarse saludablemente es costoso”. Primero que todo hay que definir algo: ¿a qué llamamos alimentos saludables? ¿A complementos costosos? ¿A productos envasados en algún lugar del lejano oriente? Hay productos maravillosos que vienen del otro lado del mundo, pero lo cierto es que lo sano por lo general se limita a lo no procesado y punto. Sin pretender entrar en discusiones sobre la comida orgánica o los supuestos problemas aún no comprobados de los llamados alimentos transgénicos, lo cierto es que es posible vivir una vida saludable con lo que se encuentra en los supermercados comunes y corrientes. Comer frutas al natural y preparar deliciosas verduras al vapor nunca pasará de moda y, por el contrario, te deparan ahora y siempre las mejores recompensas si decides apostarle a una alimentación deliciosa, natural y sin tantos peros.

“Hay que evitar el gluten a como dé lugar”. Sí, hay personas que no toleran el gluten. Pero también hay quienes no pueden ni ver el maní o que se inflan como globos si consumen aunque sea un pizca se soya. ¿Hace esto que la soya o el maní sean enemigos  públicos de la humanidad? Pues no, y lo mismo pasa con el gluten. No todo el mundo es alérgico a este componente y no está bien que se satanice de forma indiscriminada. Al parecer, un lucrativo negocio tras los productos sin gluten ha prosperado al mismo ritmo con el que crece el miedo a enfermar del colon por su consumo. Muchos han consumido gluten toda su vida, sin saberlo, y no padecen de ningún mal. Sin embargo, de la noche a la mañana, han decidido suprimirlo para evadir a un enemigo que nunca los atacará.

¿Nos estamos complicando más de lo debido? ¿Alguno de los puntos tratados te parece que puede verse de otra forma? Tus contribuciones constructivas y reflexionadas son un buen incentivo para el diálogo en nuestro espacio para comentarios.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_widget_sidebar sidebar_id=»us_widget_area_lateral-vida-saludable»][/vc_column][/vc_row][vc_row disable_element=»yes»][vc_column][vc_column_text]

Alrededor de la vida saludable han proliferado muchos supuestos que han convencido a muchos de que vivir sanamente es complicado… y hasta caro. Sin embargo, en este artículo se plantea que se puede tener un buen nivel de vida sin necesidad de dejarnos atrapar por el miedo colectivo ante enemigos inexistentes.

En televisión se promocionan dispositivos deportivos ultra especializados que sólo producen resultados si se toman los suplementos científicamente diseñados para acompañar los ejercicios. En las redes sociales circulan los testimonios de las dietas súper complejas que prometen excelentes resultados, siempre y cuando quien las ponga en práctica declare total sumisión al programa, so pena de quedar peor que cuando empezó. En la era de la información total por Internet, donde surge un experto en cada esquina cibernética, se ha vuelto caótico saber qué hacer y a quién hacerle caso. ¿Se volvió tan complicado vivir sanamente? ¿Vivir con equilibrio y bienestar se ha convertido en una meta esquiva para la mayoría de los mortales? A continuación, proponemos a los lectores un análisis crítico, con sentido común, sobre algunos de los paradigmas que se han levantado alrededor de la vida saludable. Quizás concluyan, como nosotros, que vivir sanamente luce más complicado de lo que en realidad es.

“Entre más sudas al hacer ejercicio, mejor condición física adquieres y eliminas más toxinas”.  ¿Desde cuándo sudar a mares se convirtió en un indicador de buena salud? Según respetables entidades como la Organización Mundial de la Salud, se considera que una caminata diaria de 30 minutos, a muy buen paso, es una actividad física que se puede considerar saludable. Esto no significa que todos los mortales deban conformarse con ello, pero de plano desmiente el mito de que “solo el sudor y las lágrimas valen para alcanzar una buena condición física”. Hay muchos niveles de esfuerzo intermedios que no tienen por qué suponer sufrimiento extremo. Por otro lado, el asunto de las toxinas está más que revaluado. Las que se expulsan como consecuencia de la transpiración apenas si alcanzan el 1% del total que debe evacuar el cuerpo. En mayor medida, esa labor corresponde a los riñones, órganos que se ven seriamente golpeados con la ingestión de anabólicos y otras sustancias que, supuestamente, nos ayudan a mantenernos en forma. Beber agua con regularidad es la verdadera clave para una eliminación natural y continua de toxinas.

“Debes tomar por lo menos dos litros de agua al día o si no te pones en riesgo”. Nadie discute la importancia de hidratarse bien, sobre todo si se hace ejercicio. Sin embargo, asumir que todos los seres humanos necesitan como mínimo dos litros de agua al día es un  error. Algunos requieren más que eso, sobre todo si padecen la intensidad de programas de entrenamiento muy exigentes. Por otro lado, algunos requieren menos de esa cantidad y obligar al cuerpo a procesar más agua de la que necesita puede ser un grave error. Lo mejor es consumir agua con regularidad y estar atento a las señales que avisan de una baja del líquido corporal, como sed continua o coloración de la orina más amarilla de lo normal. Recuerde: la clave es regularidad y no cantidad.

“Alimentarse saludablemente es costoso”. Primero que todo hay que definir algo: ¿a qué llamamos alimentos saludables? ¿A complementos costosos? ¿A productos envasados en algún lugar del lejano oriente? Hay productos maravillosos que vienen del otro lado del mundo, pero lo cierto es que lo sano por lo general se limita a lo no procesado y punto. Sin pretender entrar en discusiones sobre la comida orgánica o los supuestos problemas aún no comprobados de los llamados alimentos transgénicos, lo cierto es que es posible vivir una vida saludable con lo que se encuentra en los supermercados comunes y corrientes. Comer frutas al natural y preparar deliciosas verduras al vapor nunca pasará de moda y, por el contrario, depara ahora y siempre las mejores recompensas a quienes deciden apostarle a una alimentación deliciosa, natural y sin tantos peros.

“Hay que evitar el gluten a como dé lugar”. Sí, hay personas que no toleran el gluten. Pero también hay quienes no pueden ni ver el maní o que se inflan como globos si consumen aunque sea una pizca de soya. ¿Hace esto que la soya o el maní sean enemigos  públicos de la humanidad? Pues no, y lo mismo pasa con el gluten. No todo el mundo es alérgico a este componente y no está bien que se satanice de forma indiscriminada. Al parecer, un lucrativo negocio tras los productos sin gluten ha prosperado al mismo ritmo con que crece el miedo a enfermar del colon por su consumo. Muchos han consumido gluten toda su vida, sin saberlo, y no padecen de ningún mal. Sin embargo, de la noche a la mañana, han decidido evitarlo para evadir a un enemigo que nunca los atacará.

¿Nos estamos complicando más de lo debido? ¿Alguno de los puntos tratados te parece que puede verse de otra forma? Tus contribuciones constructivas y reflexionadas son un buen incentivo para el diálogo en nuestro espacio para comentarios.

Fuentes:

  • http://www.medulardigital.com/?act=dnews&s=9&n=3655
  • https://mejorconsalud.com/5-mitos-sobre-como-tener-una-vida-saludable/
  • https://www.lavanguardia.com/vivo/ecologia/20170102/413057833758/salud-alimentacion-habitos-mitos-estres-cancer-envejecimiento.html

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