Tener hábitos saludables es más sencillo de lo que creemos. Si alguna vez has escuchado que “Entre más sudas al hacer ejercicio, mejor condición física adquieres y eliminas más toxinas”, entonces puedes estar pensando que tener una buena condición física, es un asunto que solo le atañe a los grandes deportistas. 

¿Realmente crees que sudar bastante es un indicador de buena salud?

Según la Organización Mundial de la Salud, se considera que una caminata diaria de 30 minutos, a muy buen paso, es una actividad física saludable. Esto no significa que te conformes sólo con caminar, pero desmiente el mito de que “solo el sudor y las lágrimas valen para alcanzar una buena condición física”.

Hay muchos niveles de esfuerzo intermedios que pueden convertirse en hábitos saludables, como por ejemplo:

  • Usar menos el carro para ir caminando o en bicicleta al trabajo.
  • Subir las escaleras en lugar de tomar el ascensor.
  • Bailar mientras realizas el aseo de tu hogar.
  • Cargar las bolsas del mercado y disfrutar ejercitando tu brazos con ellas.

Y así como éstas, muchas más acciones que en tu diario vivir puedes ir cambiando.

Por otro lado y regresando al tema de las toxinas, está más que comprobado que a través de la transpiración apenas se alcanza a expulsar el 1% del total que debe evacuar tu cuerpo. En mayor medida, esa labor corresponde a los riñones.


¡Correr o caminar! no es el dilema


Beber agua con regularidad es la verdadera clave para una eliminación natural y continua de toxinas. Pero ten cuidado, puedes caer en el mito de que debes “tomar por lo menos dos litros de agua al día, o si no te pones en riesgo”. Nadie discute la importancia de hidratarse bien, sobre todo si haces ejercicio. Sin embargo, asumir que todos los seres humanos necesitan la misma cantidad de agua es un  error porque algunos tienen programas de entrenamiento muy exigentes y en climas diferentes.

Obligar al cuerpo a procesar más agua de la que necesita puede ser un grave error. Lo mejor es que consumas agua con regularidad y que permanezcas atento a las señales que avisan de una baja del líquido corporal, como sed continua o coloración de la orina más amarilla de lo normal. La clave es regularidad y no cantidad.

Recuerda que una vida más saludable implica mejorar la relación con nosotros mismos; conocernos y querernos más. Solo así, podremos empezar a construir un plan de vida saludable que tenga en cuenta nuestras necesidades de salud tanto física como mental.

Cuéntanos que otras acciones sencillas conoces que te ayudan a mejorar tus hábitos saludables. Compartirlos puede ayudar a otras personas a mejorar sus condiciones de vida.