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Historias de amor entre el azúcar y sus complementos perfectos

[/vc_column_text][us_single_image image=»444″ size=»medium» align=»center» animate=»fade»][vc_column_text]Amor se asocia con dulce… y cuando se trata del azúcar, el amor se manifiesta en combinaciones que sacan los mejor de sus eventuales acompañantes. Aquí, los mejores romances del azúcar con otros ingredientes.

Como si se tratara de esas maravillosas colaboraciones musicales en vivo, el azúcar y sus amigos son capaces de tocar Inesperadas melodías de sabor a lo largo y ancho del gusto. De este recuento de romances pueden surgir interesantes ideas para una cocina más creativa.

Azúcar y canela: la relación viene de tiempo atrás, especialmente animada por el mismo ingenio que ha impulsado  la repostería. El azúcar convencional y la canela en polvo hacen una llave sensacional. Por ejemplo, en el sabor inigualable de los plátanos al caldero o para cubrir de gloria a los churros recién fritos. También es notoria su participación en la buena reputación que tienen los pretzels, cuando están rodeados de esta deliciosa sociedad.

Azúcar y limón: de tiempo atrás es conocida la acción exfoliante de los granos de azúcar cuando se combina con el jugo de limón. Sin embargo, esta unión va mucho más allá cuando se combina para hacer el poco conocido azúcar de limón, una preparación que no solo involucra al jugo de limón sino también su cáscara. Con esta inusual fórmula, bien guardada y refrigerada, un té adquiere al instante no solo el dulzor deseado sino también un estimulante sabor y aroma a limón, más intenso que el de los limones recién exprimidos.

Azúcar y sal: más allá de las crispetas saladas y dulces, hay todo un universo en el que el azúcar y la sal se complementan y se oponen para crear paradojas exquisitas. Un curioso lugar de encuentro entre estas dos entidades del sabor es el mango biche. Hay quienes no se deciden y le ponen a una mitad sal y otra mitad dulce para prolongar eternamente la placentera indecisión.

Azúcar y chile: en países como México, la unión entre dulce y picante es cosa de todos los días, aunque algunos lo consideran una locura. Es un hecho: hay quienes hayan placer en disfrutar una chupete de fresa, combinada con el profundo picor del chile poblano. Definitivamente, para gustos… ¡los sabores!

Azúcar y frutas: la combinación es  perfecta cuando el azúcar apacigua el ácido natural de algunas frutas como el lulo, el maracuyá y ciertos frutos rojos. En una buena lulada, por ejemplo, resulta muy atinado invitar al sinigual sabor del azúcar morena de Incauca, que aporta un dulce toque tradicional de rápida disolución para no hacer esperar la sed.

¿Conoces otros dulces romances protagonizados por el azúcar y más ingredientes? Tu aporte es bienvenido en el espacio de comentarios.[/vc_column_text][/vc_column][vc_column width=»1/3″][vc_widget_sidebar sidebar_id=»us_widget_area_lateral-vida-para-saborear»][/vc_column][/vc_row][vc_row disable_element=»yes»][vc_column][vc_column_text]

Amor se asocia con dulce… y cuando se trata del azúcar, el amor se manifiesta en combinaciones que sacan los mejor de sus eventuales acompañantes. Aquí, los mejores romances del azúcar con otros ingredientes.

Como si se tratara de esas maravillosas colaboraciones musicales en vivo, el azúcar y sus amigos son capaces de tocar Inesperadas melodías de sabor a largo y ancho del gusto. De este recuento de romances pueden surgir interesantes ideas para una cocina más creativa.

Azúcar y canela: la relación viene de tiempo atrás, especialmente animada por el mismo ingenio que ha impulsado  la repostería. El azúcar convencional y la canela en polvo hacen una llave sensacional. Por ejemplo, en el sabor inigualable de los plátanos al caldero o para cubrir de gloria a los churros recién fritos. También es notoria su participación en la buena reputación que tienen los pretzels, cuando están rodeados de esta deliciosa sociedad.

Azúcar y limón: de tiempo atrás es conocida la acción exfoliante de los granos de azúcar cuando se combina con el jugo de limón. Sin embargo, esta unión va mucho más allá cuando se combina para hacer la poco conocida, azúcar de limón, una preparación que no solo involucra al jugo de limón sino también su cáscara. Con esta inusual fórmula, bien guardada y refrigerada, un té adquiere al instante no solo el dulzor deseado sino también un estimulante sabor y aroma a limón, más intenso que el de los limones recién exprimidos.

Azúcar y sal: más allá de las crispetas saladas y dulces, hay todo un universo en el que el azúcar y la sal se complementan y se oponen para crear paradojas exquisitas. Un curioso lugar de encuentro entre estas dos entidades del sabor es el mango biche. Hay quienes no se deciden y le ponen a una mitad sal y otra mitad dulce para prolongar eternamente la placentera indecisión.

Azúcar y chile: en países como México, la unión entre dulce y picante es cosa de todos los días, aunque algunos lo consideran una locura. Es un hecho: hay quienes hallan placer en disfrutar una chupete de fresa, combinada con el profundo picor del chile poblano. Definitivamente, para gustos… ¡los sabores!

Azúcar y frutas: la combinación es  perfecta cuando el azúcar apacigua el ácido natural de algunas frutas como el lulo, el maracuyá y ciertos frutos rojos. En una buena lulada, por ejemplo, resulta muy atinado invitar al sinigual sabor del azúcar morena de Incauca, que aporta ese sabor tradicional con una rápida disolución para no hacer esperar la sed.

¿Conoces otros dulces romances protagonizado por el azúcar y más ingredientes? Tu aporte es bienvenido en el espacio de comentarios.

Fuentes:

  • http://annaspasteleria.com/pretzels-suaves-con-azucar-y-canela/
  • https://es.wikihow.com/hacer-canela-con-az%C3%BAcar
  • https://gastronomiaycia.republica.com/2009/06/11/azucar-de-limon/

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